viernes, 29 de octubre de 2010

Te vi

Estabas sentada en el banco de la plaza del barrio, bajo la sombra del viejo árbol. Leías un libro gordo, de ese autor que tanto me gusta. El sol marcaba el contorno de tu cara, tu pelo descendía sobre tus hombros con gracia. Te mordías suavemente el labio inferior y de vez en cuando levantabas la vista para ver a los chicos jugar a la pelota.

Nunca me viste, ni siquiera te alerto mi cercanía, casi podía leer lo que vos leías pero siempre fui corto de vista.
Pero claro, ya nadie me ve, no se cuando paso que me volví invisible. La gente pasa a mi lado sin notar mi presencia, me aparto de su camino para que no me lleven por delante, y siguen caminando como si nada hubiese ocurrido.
Volví a mirarte, estabas recostada sobre uno de tus lados con el libro apoyado en el pasto.

Quise llamarte pero no pude, hace tiempo que ya no tengo voz. Extendí mi mano para acariciarte, quería sentir tu pelo entre mis dedos, ya casi te alcanzaba cuando decidiste cerrar el libro.
Tu repentino movimiento me hizo retroceder. Esperé expectante tu próximo paso, miraste a lo lejos y yo te imité.. y ahí lo vi, allá estaba él.

Me alejé en paz, casi sonriendo, porque ahora se que él te cuida aunque yo ya no esté.

1 comentario:

  1. Atónita. Sabés de que hablo no?
    Me encantó, me sentí más en mi salsa con este post.

    Besote!

    ResponderEliminar